El momento ha llegado. Hora de despedirse, de cerrar una puerta (giratoria) y tomar la experiencia que he acumulado para seguir adelante con otras cosas.
Gracias a todos por haber llegado hasta aquí… o hasta donde buenamente habéis podido antes de rendiros.
Terminó octubre, y, con ello, damos por finalizado el tercer Mes de las Tetas…
Y… ¿cómo ha ido la cosa?
Pues en lo que se refiere a aportes, hemos vuelto a tener una participación récord. Si ya el año pasado habíamos tenido la nada despreciable cifra de… un momento, voy a contarlos… a ver… sí, la nada despreciable cifra de 53 aportes (incluyendo menciones), este año tenemos… ¡73! ¡Setenta y tres! (EDITADO: Mejor que sean 74, ¡muchas gracias, Valerian! Y seguramente al otro lado del charco aún tienen algo que poner, que allí todavía es octubre a estas horas a las que edito esto)
Uno piensa en esto y es una alegría ver que hay tanta gente que haya colaborado. Desde aquí muchísimas gracias a todos los que habéis aportado de una forma u otra a una iniciativa cuya máxima preocupación es la prevención del cáncer de mama y acabar con los tabús que rodean a esta enfermedad por temas de pudor.
Pero…
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¿Cómo que «pero»? ¿Qué pasa?
Vale, ahora es cuando os digo que las cosas son un poco más serias y menos alegres. A ver… ¿cuántos de vosotros realmente habéis colaborado en la iniciativa del Mes de las Tetas sabiendo de qué va la cosa? Es decir, ¿cuántos de vosotros teníais presente la prevención del cáncer de mama cuando subisteis vuestros aportes?
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